La retina transparente


SOBRE LA OBRA: cuatro personas ciegas, no tan ciegas, coinciden en un escenario para hacer teatro. Les han ofrecido la posibilidad de elegir al personaje que siempre desearon interpretar. Con el teatro como excusa, más que una excusa, hablan de sí mismos, se vuelven más transparentes. Reflexionan sobre el teatro, sobre la vida. Más que el personaje en sí, nos interesa por qué lo han elegido, por qué sacan a la luz temas para ellos trascendentes: la educación, la marginación, lo invisible, la importancia de lo secundario. Los personajes toman tanto de las personas que cuesta desligarlos por muy diferentes que sean sus apariencias. Hacer teatro es hablar en voz alta de la vida, es tomar y mover a tomar posiciones ante cuestiones importantes. Es quitar envoltorios para que las emociones conmuevan, hacer teatro es algo más que hacer teatro. La quinta persona ciega queda fuera del escenario, en el límite entre actores y público, el director no le ha permitido participar en esta obra pese a que ella estaba totalmente ilusionada con la idea. Intenta razonar en voz alta, averiguar las razones de su exclusión, lanza hipótesis insólitas a la vez que retazos de su propia identidad.
SINOPSIS: un espacio sugerente, con un gran iris en el suelo, se abre a un grupo de personas ciegas o deficientes visuales, han venido aquí con un objetivo común: hacer teatro. Se les ofrecerá la oportunidad de cumplir un sueño, encarnar al personaje deseado. Pero el sueño maravilloso y mágico consiste en estar ahí, encima de un escenario, ante un grupo de gente dispuesto a escuchar.
El espacio escénico no permite ocultarse en ningún momento, se ve el proceso
completo de transformación en personajes que ellos mismos han podido elegir.
Se entrenarán, repasarán el texto, se maquillarán y vestirán para finalmente interpretar una escena. Durante el citado proceso hablarán de ellos mismos, de los personajes que encarnan y del propio teatro.
Se proyectarán grabaciones en video, donde aparecen cada uno de ellos en su entorno cotidiano y en el trayecto hacia el lugar de encuentro: el escenario. Con un estilo libre, fresco, suelto, jugando entre lo natural y lo histriónico, ofrecemos un ejercicio de sinceridad y transparencia, con el hecho teatral como hilo y fondo acogedor.

PERSONAJES ELEGIDOS Y TEMAS DERIVADOS: Mariu del Amo escogió Cordelia, del Rey Lear (Shakespeare), aunque a ella la Cordelia que le conmueve es la de Rodrigo García. El tema que emana tras esta decisión es la expulsión, la marginación. José María Nicolás se quedó con Juan de Mairena (Antonio Machado) y la educación es el asunto que más le ocupa, no en vano José maría siempre quiso ser maestro. Mamen Martín hizo una curiosa elección: Don Gonzalo el sufrido hermano de la Señorita de Trevélez (Carlos Arniches), el que es capaz de sacrificar su felicidad en aras del cuidado de su vulnerable hermana. Mamen nos regala un ejercicio de antidivismo y una defensa a ultranza de los secundarios. Pilar Sánchez Ara se refleja en Alicia la del País de las Maravillas. Lo invisible y la magia hacen con ella un vuelo envolvente sobre el escenario. Mª Ángeles Cabanes llegó tarde y se quedó sin papel, pero no hay quien le quite sus sueños de actriz, ni su derecho a expresarse.

FICHA ARTÍSTICA: reparto: Mariu del Amo, Ángeles Cabanes, Mamen Martín, José María Nicolás y Pilar Sánchez Ara escenografía, vestuario y diseño gráfico: Monika Rühle idea, dirección y video: Ignacio Calvache.


Mañana voy yo difícil


LA OBRA: El elenco está constituido por cuatro actores ciegos y tres actores profesionales, que han sido especialmente invitados a participar en el proyecto.
Al contemplar la obra, el espectador notará como la ceguera ha pasado a un segundo plano de manera natural, no resulta trascendente en el desarrollo de la acción. La intención no es ignorarla pero sí superarla.
A nivel temático, en este montaje nos acercamos al problema de las personas que se ven forzadas a abandonar su tierra, su gente y necesitan hallar un lugar que les acoja, que les permita construir una nueva y esperanzadora vida.

De la mano de unos seres cercanos, pretendemos contar que cualquier persona normal puede verse, podemos vernos, en una situación de desarraigo, de desplazamiento forzoso, de indefensión. Y en esas circunstancias, extremas pero no extrañas, agradeceríamos unos brazos abiertos, unas leyes más humanas.

FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA: Una creación teatral de Ignacio Calvache en colaboración con todo el equipo artístico. Escenografía, Vestuario, Fotografía y Videocreación: Monika Rühle. Composición Musical: Óscar G. Villegas. Diseño de Iluminación: Afonso Castro. Técnica de Iluminación: Patricia Roldán. Reparto, Director de orquesta: José María Nicolás, Vieja Beludina: Mamen Martín, Estrella Escritora: Chon Mayoral, Iván o José: Jesús Barranco, La mujer que busca: Luciana Pereyra, Nadine: Pilar Sánchez Ara, La mujer de los dogos: Mª Eugenia de Castilla.


Ahora fobia


SINOPSIS: La obra nos muestra a una mujer y su mundo interior. Una mujer llegando a la crítica edad de 50 años y su familia, que ella utiliza a modo de escudo protector. Una mujer que se cree orgánicamente enferma, pero su mal se llama miedo a salir de casa, a enfrentarse con la realidad exterior.
Un nuevo personaje se cuela en la vida de la mujer, es un médico-artista que observa, traspasa y remueve los cimientos de una existencia mal construida.

LA PUESTA EN ESCENA: Para cualquiera puede ser duro salir y enfrentarse a un mundo agresivo, para un ciego mucho más. El ciego crea mundos que le rodean de seguridad, que palian la angustia de topar a cada paso con lo desconocido. El director ha planteado un mundo virtual para la protagonista de esta obra. La escena es su casa, en ella se siente protegida y cómoda, pero esa casa está vacía, el contenido no puede ser visto por el espectador al igual que no puede ser visto por los actores, sólo existe cuando es descrito.
La ausencia radical de elementos sitúa al actor en la necesidad de apoyarse en la interpretación pura. Sus movimientos, sus voces, el contacto entre ellos, las palabras, constituyen los recursos expresivos de los que disponen. La no existencia de referencias espaciales en una escena vacía empuja al actor a un estado de atención constante, los cuatro sentidos en alerta, conscientes de la importancia que cada lugar tiene por sí mismo. Todo puede cambiar a cada momento, sólo permanece la aparente seguridad de unas paredes acolchadas, la artificiosa calidez del hogar.